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miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿quieres ser mio para siempre?

Tengo tu risa embotellada y las palabras que no te dije ayer en este cajón desordenado. Y esta alergia a olvidarte que no me deja respirar. La sonrisa tonta, la mirada que naufraga, unas ganas de besarte que se sienten claustrofóbicas en este cuarto donde entraste una noche de fiesta. Un te echo de menos que no logro articular, porque todas las palabras se quedan cortas. Déjame demostrarle al mundo que puedo recitar de carrerilla la combinación de tus lunares. Que a las menos cuarto tus ojos quieren ser coca-cola. Y también la forma que tiene tu cicatriz del ojo izquierdo. ¿Cómo olvidar tu olor?, ese que llevo tatuado en el cuello. Allí dónde me tocaste por última vez. ¿Y sabes? Todavía te estoy viendo, la risa a la espalda y ni una palabra para la que siempre estuvo ahí. Tu pelo como la octava maravilla y esa voz que no deja de hablar universos de decibelios más alto que mi permanente declaración de amor. Porque yo llevo un te amo colgado de la sonrisa cada vez que te sueño.

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