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miércoles, 6 de junio de 2012

La anotomía de tu espalda.

Me estaba preguntando qué estaba haciendo él mientras yo pasaba los dedos entre mi pelo empapado de agua y champú con olor a frutas.Los azulejos azules del baño no conseguían reflejar mi rostro, pero el espejo cruel y despiadado me retrató con gusto los hoyuelos marcados en una sonrisa que acababa de fingir, una sonrisa fingida como mi perfecta vida.
¿Dónde estaría él mientras terminaba de lavarme el pelo con agua helada? 
Intento secarme pero de todos modos el calor es húmedo, la ropa queda pegada a mi piel y pienso que luego tendré que despellejármela. Entre tanto mi pelo sigue mojado y voy directa a la puerta sin consultarlo con mi madre siquiera. No sabe que quiero verlo, que voy a ir a nuestra plaza con la esperanza de que esté ahí como todas las tardes. Mis amigas me han estado llamando pero, yo solo me dirijo al lugar de siempre sin cogerlo, no tienen por qué saberlo. 
Hablando de saber, sé perfectamente que no estás...


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