Por fin.

Hoy hablé con mis miedos, son tantos que más que un diálogo, lo mío era un gran coloquio. Uno por uno desfilaron como desafiándome, los enfrenté como pude, porque ellos me podían.
Son tan fuertes y rebeldes, que me costó mucho que me entendiesen,
y entenderles.
Mis miedos quisieron dominar mi vida, mi lucha fue contínua,me embatieron sin piedad en las situaciones más críticas.
Hubo un gran revuelo, quedé exhausta porque querían ganar la pelea. Temblando me defendí, saqué garras nuevas, no sabía que podía vencerlos de esta manera.