Páginas

martes, 21 de diciembre de 2010

Queridos Reyes Magos:

Sé que es difícil, pero con su magia pueden hacer realidad cualquier cosa.
No sabía muy bien qué pedir. Este año no me he portado del todo bien, lo reconozco, pero me merezco algo que me gustaría tener por encima de cualquier cosa.
¿Un libro? ¿Un juguete? ¿Un perfume? ¿Un peluche? ¿Una canción? ¿Su melodía..?
No. No quiero bienes materiales. No quiero acabarme cansando de un peluche o de un juguetito.
Por pedir, pido la Luna. O estar un rato a solas con ella y tener un conversación. O al menos tocarla. Podría ser ese mi regalo de Reyes.
TOCAR LA LUNA. Pero es sólo durante un segundo, un minuto, una hora... total, se acabará.
Deseo pedir algo que no se acabe nunca.
Deseo pedir algo que de verdad necesite.
Algo que sea tan difícil que sólo ustedes sean capaces de lograr.
¿El Sol? No. Es demasiado grande, no cabe en mi pequeña habitación.
¿Una estrella? Así me sentaría encima de ella y podría tener una buena conversación con La Luna.
Mataríamos dos pájaros de un tiro. Así me contaría que hacen las estrellas durante el día ¿Se esconden? Tal vez jueguen al escondite.
O podría pedir coger un trozo de viento, y meterlo en un frasquito. Y sería mío.
O meter, en ese mismo frasquito, todos los besos, todas las caricias...
O poder volar. Y sentir que puedo hacer cualquier cosa. Conversar con las aves que emigran, jugar con las nubes, ir al planeta de los globos perdidos.
Pero lo que me gustaría que hicieran, es que lucharan contra la distancia, y que ganaran. Que cambiaran el horizonte de lugar y juntaran a todas las personas.
Así no existiría el tiempo, no existiría la distancia.
No existirían los aviones, porque no nos harían falta, ni las carreteras, ni los coches. Porque estaríamos todos juntos.
Eso es lo único que quiero. Es lo único que me hace falta. Estar con la gente que necesito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario